Quiero que sepas que esto lo hago por ti. Sabes que yo soy más de rubia a -2º, y ella es una morena muy caliente.
jueves, febrero 26, 2009
sommelier
Me estoy tirando a una sommelier. Ahora sé un poco más de vinos. Si cenas conmigo juro elegir el más apropiado para la ocasión.
Quiero que sepas que esto lo hago por ti. Sabes que yo soy más de rubia a -2º, y ella es una morena muy caliente.
Quiero que sepas que esto lo hago por ti. Sabes que yo soy más de rubia a -2º, y ella es una morena muy caliente.
huellas encasilladas
Avatar de huellas,
Huellas sentidas
sábado, febrero 07, 2009
Y si fuera ella
Ha pasado el tiempo y a veces aún se acuerda de Alicia B. Hace algunas noches la vio. Ella estaba demasiado “pedo” y él demasiado abstraído para acercarse a saludarla. Mejor así. No le conviene. Pero… y si fuera ella.
Estaba seguro de lo que quería de Esther R. Lo que ocurrió aquella noche le había mantenido pensativo algún día más de lo normal. Habían pasado dos semanas casi de aquello y sólo habían tenido alguna conversación superflua por el messenger. Pero… y si fuera ella.
Lo de Clara B. es una relación especial. Ella tiene novio y sólo se ven veces contadas. A escondidas. Aunque muchos sospechan, es un secreto para los dos y es lo que lo hace divertido. Hace meses que no se ven. Ahora ya no sabe qué pasará. Pero… y si fuera ella.
Lo que no sabía es lo que hacía con Ana V. Tiene claro que no está enamorado. Quizás empezaba a estarlo con Alicia, pero sabía que aquello no dudaría. Lo de Ana fue un juego que se le fue de las manos. La piensa, la extraña pero se olvida con facilidad. Pero… y si fuera ella.
Jugaba a confundir a Rosa S. Hoy la quiere, mañana no. La llama cuando le place y aunque no le importaría besarla se niega a hacerlo. No quiere confundirla más, al menos sin tener una copa en la mano. Pero… y si fuera ella.
Con Silvia A. es algo diferente. Se ven lo justo, cada fin de semana. Ella le dice para quedar, para hablar. Quiere que le conozca y se deje de tonterías. En el pub de siempre se rozan, se besan y se dedican miradas. Él resopla cuando la ve tan caliente. La aprecia demasiado como para que eso vaya a más… al menos de momento. Pero… y si fuera ella.
Tontea con la chica de 29 del bar de copas donde curra los fines de semana. Han tenido encuentros sexuales en el almacén pero ella no quiere nada serio, es más lista que él, por lo que éste simplemente se deja querer. Pero… y si fuera ella.
Pronto quedará con Laura F., se lo han prometido y aunque no es su tipo de chica, no la descarta. Es lo más parecido a una amiga que tiene. Pero… y si fuera ella.
Con Isa C. pasa algo parecido. La complicidad es menos porque se conocen desde hace poco. La primera vez que quedaron tuvo una buena impresión. Un café para conocerse y un paseo hasta su casa. No quiso subir, no era el momento. Otro día, cuando esté más contento se insinuara y… una más en la lista. Pero… y si fuera ella.
Ayer noche se cruzó con Elena P. Hace meses que le da toques y jamás se los responde. Si acaso uno de cada cinco, o seis. Por eso, al principio se hizo el loco. Luego, entre en la multitud, apareció detrás de ella y la agarró de la cintura con sus manos. Ella se volvió, y sí, se sorprendió. Vaciló con los de los toques. Típico de él. Cuando saque tiempo la llamará. Se pondrán al día. Ya saben… y si fuera ella.
Ha coincido otra vez con la morena que conoció en aquel congreso. La había olvidado el muy capullo. Ella, de nuevo, le ha insistido varias veces en que la llame. Y sí. Nuevamente, le dijo que la llamaría. Se pregunta por qué no lo hizo. Es inteligente y risueña. Puede que ella si que tenga cosas interesantes que decirle… y si fuera ella.
El otro día por fin habló con María José G. por el messenger. Aunque sigue con su novio y ya nada es como antes, siempre que está con ella todo cambia. Quizás sea que sabe que no puede tenerla. Pero… y si fuera ella.
Últimamente, se fija demasiado en la chica de la biblioteca. Es inevitable. Se ven cada día y jamás se han dedicado una sola palabra. En cambio, miradas, miles. Sólo quiere oír su voz. Reflejarse en sus ojos achinados. Nada más. Ya saben… y si fuera ella.
Estaba seguro de lo que quería de Esther R. Lo que ocurrió aquella noche le había mantenido pensativo algún día más de lo normal. Habían pasado dos semanas casi de aquello y sólo habían tenido alguna conversación superflua por el messenger. Pero… y si fuera ella.
Lo de Clara B. es una relación especial. Ella tiene novio y sólo se ven veces contadas. A escondidas. Aunque muchos sospechan, es un secreto para los dos y es lo que lo hace divertido. Hace meses que no se ven. Ahora ya no sabe qué pasará. Pero… y si fuera ella.
Lo que no sabía es lo que hacía con Ana V. Tiene claro que no está enamorado. Quizás empezaba a estarlo con Alicia, pero sabía que aquello no dudaría. Lo de Ana fue un juego que se le fue de las manos. La piensa, la extraña pero se olvida con facilidad. Pero… y si fuera ella.
Jugaba a confundir a Rosa S. Hoy la quiere, mañana no. La llama cuando le place y aunque no le importaría besarla se niega a hacerlo. No quiere confundirla más, al menos sin tener una copa en la mano. Pero… y si fuera ella.
Con Silvia A. es algo diferente. Se ven lo justo, cada fin de semana. Ella le dice para quedar, para hablar. Quiere que le conozca y se deje de tonterías. En el pub de siempre se rozan, se besan y se dedican miradas. Él resopla cuando la ve tan caliente. La aprecia demasiado como para que eso vaya a más… al menos de momento. Pero… y si fuera ella.
Tontea con la chica de 29 del bar de copas donde curra los fines de semana. Han tenido encuentros sexuales en el almacén pero ella no quiere nada serio, es más lista que él, por lo que éste simplemente se deja querer. Pero… y si fuera ella.
Pronto quedará con Laura F., se lo han prometido y aunque no es su tipo de chica, no la descarta. Es lo más parecido a una amiga que tiene. Pero… y si fuera ella.
Con Isa C. pasa algo parecido. La complicidad es menos porque se conocen desde hace poco. La primera vez que quedaron tuvo una buena impresión. Un café para conocerse y un paseo hasta su casa. No quiso subir, no era el momento. Otro día, cuando esté más contento se insinuara y… una más en la lista. Pero… y si fuera ella.
Ayer noche se cruzó con Elena P. Hace meses que le da toques y jamás se los responde. Si acaso uno de cada cinco, o seis. Por eso, al principio se hizo el loco. Luego, entre en la multitud, apareció detrás de ella y la agarró de la cintura con sus manos. Ella se volvió, y sí, se sorprendió. Vaciló con los de los toques. Típico de él. Cuando saque tiempo la llamará. Se pondrán al día. Ya saben… y si fuera ella.
Ha coincido otra vez con la morena que conoció en aquel congreso. La había olvidado el muy capullo. Ella, de nuevo, le ha insistido varias veces en que la llame. Y sí. Nuevamente, le dijo que la llamaría. Se pregunta por qué no lo hizo. Es inteligente y risueña. Puede que ella si que tenga cosas interesantes que decirle… y si fuera ella.
El otro día por fin habló con María José G. por el messenger. Aunque sigue con su novio y ya nada es como antes, siempre que está con ella todo cambia. Quizás sea que sabe que no puede tenerla. Pero… y si fuera ella.
Últimamente, se fija demasiado en la chica de la biblioteca. Es inevitable. Se ven cada día y jamás se han dedicado una sola palabra. En cambio, miradas, miles. Sólo quiere oír su voz. Reflejarse en sus ojos achinados. Nada más. Ya saben… y si fuera ella.
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