La cosa fue, más o menos, como caer en un pozo sin fondo. Imagínatelo, si tienes imaginación. Porque el pozo del que hablo yo tiene luz propia, si no, cómo coño crees que lees esto aquí y ahora. La cosa fue, más o menos, así. Me perdí. Iba caminando y, de repente… no sabía dónde estaba. Me buscaba pero no me encontraba. Creí que me había escondido, pero no. Lo supe cuando me vi solo, perdido. La cosa fue, más o menos, sin querer. Se fue la luz. Imagínatelo, si tienes imaginación. Estás fuera, al borde del pozo y se va la luz (dentro del pozo sigo iluminado). Claro, si no hay luz pues esto no fluye, ni con pilas va ya la cosa, ¡qué fuerte! La verdad es que la cosa fue, más o menos, sin esperarlo. Estaba yo aquí y de repente me vi allí. Una isla desierta. Agua, arena y palmeras cocoteras. La cosa fue, más o menos, por inconsciente. Olvidé mis contraseñas, las llaves de mi mesmedad en la red ¿quién soy? Pincha aquí si olvidaste quién eres. No me daba esa opción. Lo siento. Eres lo peor (ni preguntaste). La cosa fue, más o menos, como os estoy contando. Me tocó la lotería. He estado en la cárcel. Con la izquierda no sé. Fui abducido. Dejé de pagar el adsl. Y otras cosas. Estuve dando una vuelta. Alrededor del mundo. Si te fijaste, fueron curiosamente 80 días de ausencia. No me dio la gana, la real. Estuve en el monte. Me robaron las historias. Perdido ya lo he dicho, ¿no? Ahora leo. No uso gomina. Aunque esto último no influyó nada. No te miento pero... Perdí el norte. La brújula. Y me encontré. Imagínatelo, ¿tienes imaginación? Porque no te imaginas el motivo de esta larga ausencia. Me echaste de menos. Ve acostumbrándote. Lo hice por ti. Créetelo. Menuda imaginación. ¿Llegaste al clímax de mi juego de palabras?
No tienes tanta imaginación.