Son las 12.30.
Acabo de llegar a casa. Estuve de noche y salí después de dejar a la enana en el cole. Me dijo: _¿vamos en tu coche? _sí pequeña, coge tu abrigo que ya vamos tarde, contesté.
Desayuno en la cafetería Plus Ultra. Sé que allí van todas las chicas de las tiendas de moda cercanas. Me hago el interesante con mis estrenadas gafas de azul brillante. Con tus grandes labios fucsia fashion llamas mi atención y mi cortao se corta.
Papeleo mañanero, sellado el contrato. Anoche, por fin, cerramos el trato. Cláusula (1): ‘Si la cagas dos veces o más, me olvido de ti’. La cagué desde el principio. La letra pequeña es lo que tiene. Ella dice que me lo advirtió. Seré idiota.
Hace 9 años estuve en Irlanda. Me llevé un mes de agosto entero buscando un trébol de la suerte. Me traje el que no era... me traje el de la mala suerte.
Hoy conduje cantando con Pereza, me sentía bien de lo mal que estaba.. golpeaba el volante cual batería, pisaba el freno cual cabeza la mía.. y recordé que aún no limpiamos mi coche, ¡joder!, al menos, su mancha sigue ahí... pero mis dedos ya no huelen a ella.
"Con los pies fríos no se piensa bien... si es un castigo yo me lo busqué."
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1 comentario:
Conducir con mi mano en tu rodilla por la carretera paralela a la playa.
Sonando Pereza o lo que se tercie.
Ni contratos ni claúsulas.
Ni promesas, de esas que no vamos a cumplir.
No hay letra pequeña, todo lo que hay es todo lo que lees.
Todo lo que mires, será lo que veas.
Y tus dedos tocarán el mar, y olerás la sal...
¿Quién te ha castigado?
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