jueves, marzo 27, 2008

Aunque nunca te lo diga...


Me relaja escuchar tu respiración.
Acostarme desnuda sobre tu espalda.
(...)
Tu mirada furtiva y de reojo.
Esa mirada. Idéntica a la mía.
Dormir contigo toda la noche.
(...)
Y llorar amargamente. Sin que te des cuenta.
Porque nadie nunca se da cuenta.
Porque no te tengo.


***

A mí lo que me relaja es verte ir en silencio.
Ver como te abrochas el cinturón y te colocas los pendientes.
Te vas y dejas la cama toda para mí.
Tu mirada furtiva y tu cara de indeferencia como la mía.
Tu pelo alborotado, tu piel marcada por las sábanas, por mis agarres. Estás rota y desagarrada.
Ver como te marchas. Que tiemble todo cuando cierras de un portazo.

Quedarme dormido, despertar trece horas después, y ver en el celular cientos de llamadas perdidas. Como tú, porque estás perdida, sin mí.
Llamas, mensajeas, recibo e-mails... haces que se me acumule el deber de recordarte en la bandeja de entrada.

Y me quedo pensando y te pregunto: ¿has llorado hoy? dime si has llorado... ahora soy yo quien escucha tu respiración. Te siento a 628,5 kms y odio esta situación. Y no te tengo.
Y lloras y no me doy cuenta.

Y te echo de menos aunque nunca te lo diga.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

seiscientos veintiocho o quinientos cuarenta y tres.
da igual si al final estás.

Jara dijo...

en referencia a tu "pregunta" en mi blog:

Sentí esa misma rabia. Yo siempre me pongo en la piel del protagonista, sino sería imposible.

Principessa* dijo...

Adoro tu blog.
Es fantástico, genial... me emocionas...

Yo te esperaré en tus días tristes e iré a verte a tu segunda concha...marea alta o baja...ahí estaré con nuestras ovejas.

Bss :*