martes, marzo 11, 2008

Tiene 22 años.

Lo ha vuelto hacer. No sé porque no le deja. Es un idiota. Igual que ese profesor de química o de lo que sea, ¡joder! no sé que coño le ve al viejo ese cuatro ojos capitán de los piojos. Si es que es más puta... el caso es que paso de hacer más el gilipollas con esta tía.
Hoy había quedado con ella después de almorzar para llevarla a Barajas. Se va a ver al idiota. Lo siento por mí, porque jode de maravilla pero me empiezan a aburrir su soberbia y sus desplantes. Para joderla más si cabe, iba a llevarla en mi nuevo biplaza descapotable y le dicho al final que no podía. Que tenía clase de alemán.
Después de almorzar he recibido una perdida de Marisa. La he llamado y me ha dicho que había comido con ella. Hemos quedado y hemos estrenado el Mazda MX5, con y sin capota. Marisa es una buena chica y menos puta que la susodicha. Hemos tomado café por el casco antiguo e ido de compras. Ella se ha comprado un bolso de Tous y yo un reloj DKNY. Otro más. Sólo me falta tener una clepsidra. Más tarde, la he llevado a un pequeño circuito de motos y hemos puesto el biplaza color ceniza a 280 km/h. Hemos flipado. Luego a ella la puse a noventa, a noventa grados. Después de esta primera aproximación he quedado satisfecho. Tanto que he dejado que ella pilote el coche. Este privilegio tendrá mamada obligada.
Al caer el sol, hemos ido al nuevo garito de Martín. Era la inauguración, así que hemos bebido gratis. Ella encantada. Hemos estado en la zona VIPs y contigua a ésta en una sala reservada, mucho más íntima. Hemos estrenado, esta vez, un sofá beige redondo y aterciopelado. Lo hemos hecho con champagne. Todo ha empezado a burbujear y creo que me voy a enamorar. Será el champagne. Me gusta que me diga guarradas cuando la tengo botando sobre mí. Será el champagne. Es lista, tiene estilo, le gusta follar y tiene 22 años. Que edad más ideal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tomás no se está enamorando.
Marisa sólo está por él, porque le da lástima que su amiga se lo folle sólo cuando se aburre.
A Marisa le gusta Martín.