huellas en la arena: JuAntonio lo siente.

domingo, marzo 02, 2008

JuAntonio lo siente.

María se enfadó conmigo. Rosa sonreía. Cristina me estuvo buscando. Inés ahora tiene novio. Begoña no quiso saber de mí. Marta me abofeteó. Carmen me abrazó. Rocío sólo me miró. Alicia besaba sin cerrar los ojos. Raquel lloró. Elena me agarró la mano. Laura me dejó de hablar. Pilar habla demasiado. Isabel me mandó trece perdidas y dos mensajes. Maite estaba con otro. Lydia se puso nerviosa. Irene me invitó la copa. Carla me mintió. Ana no me dejaba. Virginia se hizo la interesante. Gloria no salió. Verónica quiso otra oportunidad. Mª del Mar quiere ser mi amiga. Luisa me presentó a su amiga. La amiga de Luisa rozó mis labios. Sofía está cansada de mí. Vanesa no me ha olvidado. Montse está perdida. Andrea ya no me quiere. Anita sólo juega. Beatriz ya no es la misma. Noelia me echaba de menos. Ángeles no contestó al celular.

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Ya no vivo a 2 minutos de la playa, pero la playa siempre está y tú en ella. Me pierdo en mí mismo fácilmente, aunque cada vez menos, cuando me pierdo ya no estoy solo. Suelo olvidar cosas sin importancia que son importantes, y con la edad empeora. No fumo tabaco, ni lo fumaré jamás. A veces, pienso en ti y te lo digo, las otras veces pienso en ti y no te lo digo. Mis defensas son las de un niño de 3 años (o las de un abuelo de 93) pero soy difícil de vencer, cada día más. Nunca salgo de casa sin besar a mi madre aunque ya no vivo con ella la beso siempre que la veo por todos los días que no. Ahora nunca salgo de casa sin besarte. Digo que hago la cama, pero es mentira, mentira a medias. Creo que la barba de 3 días me sienta bien y nadie va a cambiar eso. Me gusta dormir, y más si es contigo... y eso no cambia aunque ya no ocupe todo el espacio. ¿Gimnasio? no, gracias (aquí discrepo). La ironía, una constante y tener que esperar, desesperante ('eso es así cabesa'). No me asusta la soledad, de hecho la defenderé siempre. Casi siempre llevo klinex, condones (aunque están en desuso, la verdad) y chicles (ya no es lo que eran). Llevo el reloj en la derecha, pero soy de izquierdas por muchos relojes que tenga. Me gustan tus lunares, y tus ojos y tus pechos. En mi habitación siempre se escucha-ba alguna canción, ahora suenan en mis cascos. Tengo la convicción de creer que soy justo, pero es sólo una convicción... aunque haya días que los demás me hagan creer que no lo soy. Ahora sé que mi convicción es justa, como yo.