Esos días que te pones tu vestido negro debajo de tu abrigo naranja. Y sales a la calle. A perderte en mis ojos y a colgarte en mi risa. Hoy no has tenido noticias mías. Hoy no elegiste el color rojo para tus uñas ni para tus braguitas. Y por tu tripa un remolino te vuelve la piel de gallina al pensarme. Y las letras del capítulo sesenta y ocho las relees una y otra vez porque no te doy tregua. Esos son tus días..
Son los días que llevas el vestido naranja aquellos en los que difícilmente puedes perderte en mis ojos. Esos días que no te cuelgas de mi risa porque no recibes noticias mías. Esos son mis días..
Aquellos que eliges el rojo para tus uñas, para tus bragas. Los días que te pierdes entre mis sábanas. Y te cuelgas de mi cama. Los días que relees la página setenta porque nuestro sesenta y nueve no te da tregua.. Finalmente, mientras leo tu libro, duermes sobre mis rodillas y así acaba mi día para que empiece el tuyo. Otra vez, sin noticias mías.
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2 comentarios:
ke pena juanillo q no hayas sacao esa virtud para escribir q tiene tu hermano gemelo... jijiji
me gusta tu pluma (y me refiero a la de tinta no a la otra xDD) deberias plantearte escribir un dia un libro... yo te leeria
besitoss chuli!
no sé si comprarme un vestido naranja que vaya a juego con un abrigo negro, o un vestido negro que vaya a juego con un abrigo naranja...
lástima que mis braguitas rojas destiñesen en la lavadora que no tengo.
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